La poda es fundamental en el árbol para tener una estructura fuerte y equilibrada, y se debe realizar desde el primer año lo que se le llamará poda de formación en los primeros tres años. Por el contrario una poda escasa o nula causará daños toda la vida del árbol. Cortar ramas pequeñas, favorecerá la buena cicatrización y por tanto, dificultará la entrada de hongos producida por los cortes. Realizando las podas de formación en los primeros años de vida del árbol evitaremos las podas severas cuando éste sea adulto y simplemente será suficiente con eliminar o aclarar todos los años las ramas pequeñas.
FRUTALES DE PEPITA
Se podarán en invierno (parada invernal), evitando los días de temperaturas bajo cero, y días de lluvia. El primer año realizaremos un corte por encima de las yemas a la altura que deseemos tener las ramas principales, llamada cruceta del árbol. El segundo año cortaremos las ramas que nos darán la estructura del árbol, fundamental que estén compensadas con un ángulo aproximado de 120 grados; las cortaremos dejando 3 ó 4 yemas. El tercer año, cortaremos las ramas secundarias de éstas tres principales que forman la cruceta del árbol, también a tres o cuatro yemas.
FRUTALES DE HUESO
La poda se realizará en verde al recoger la fruta sin que entren en parada invernal, o al salir del invierno cuando la salvia empiece a subir y las yemas estén iniciadas. En los frutales de hueso las heridas de la poda cierran peor con temperaturas bajas y es una entrada importante de hongos que en la mayoría de los casos producen la muerte del árbol. Se rea liza una poda menos severa que en los frutales de pepita, pero imprescindible para obtener fruta todos los años. La poda se realizará de igual modo que en los frutales de pepita en el primer año; en el segundo año se podarán las tres ramas principales pero dejando seis yemas como mínimo, y el tercer año se podarán las ramas secundarias de las anteriores también a seis yemas, dado que en los frutales de hueso no todas las yemas darán fruta.
En los siguientes años eliminaremos ramas cruzadas, y ramas que se dirijan al interior del árbol consiguiendo así la buena aireación y la entrada máxima de luz, el resto de las ramas se cortarán a cuatro o seis yemas dependiendo si son frutales de pepita o de hueso.