La tagarnina es una planta comestible que forma parte de la cocina desde tiempos inmemoriales. La palabra “tagarnina” proviene de la árabe andaluza “tagarí”, y ésta a su vez del árabe “tagrí” que significa fronterizo.
La tagarnina es una planta herbácea de la familia de las Asteraceae que también se la conoce, entre otros nombres, como cardillo o cardo de olla. Aunque llega a tomar altura, normalmente la encontramos a ras de suelo, con una forma aplastada en forma de estrella.
Una de las propiedades medicinales de la tagarnina más conocidas es la diurética, beneficio que se obtiene al consumir unas tazas de raíces de la planta hervidas en agua.
Para recolectarla se suele usar una navaja o cuchillo largo que se introduce debajo de las finas ramas, con mucho cuidado o un guante pues sus hojas pinchan por la cara superior, y se corta al nivel del tronco. Se le da la vuelta a la tagarnina y ya se puede manipular fácilmente pues por la parte de abajo las hojas carecen de espinas.
Tras su recolección lo que se hace es quitar a la tagarnina todas las hojas espinosas. Para ello, y con la planta boca abajo, se colocan dos dedos en una rama junto al tronco y se deslizan hacia la punta eliminando por arrastre todas las hojas de la rama. Esto se hace en todas ramas dejando la planta completamente pelada.
Una de las formas más comunes de consumir las tagarninas es en berzas, guisos y revueltos.